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sábado, 21 de abril de 2018

El fracaso estadounidense es el triunfo de Rusia

Los misiles de Trump que lanzara contra siria sí sirvieron muy bien para una sola cosa: para demostrar la superioridad tecnológica de las armas rusas, así como para impulsar la venta de estas.

Así es, después de ver que los sistemas de defensa antiaérea de fabricación rusa con los que cuenta siria fueron muy eficaces a la hora de derribar los misiles Tomahawk, así como los otros modelos de misiles lanzados por sus aliados (Inglaterra y Francia), la demanda por las armas rusas se ha disparado de manera espectacular en detrimento de las estadounidenses.


Los sistemas antiaéreos Pantsir y Buk-M2E demostraron ser muy superiores a los misiles de crucero estadounidenses, ingleses y franceses, alcanzando una tasa de eficiencia del 76%; es decir, de 103 misiles lanzados contra el país árabe, 78 de ellos fueron derribados. Esta es una eficiencia realmente alta que no pasó desapercibida para muchos potenciales compradores.

Por otro lado; si los estadounidenses no continuaron con sus ataques fue debido a la advertencia que le hicieran los jefes militares al presidente norteamericano en el sentido de que las armas rusas eran muy superiores a sus contra partes norteamericanas, y que en caso de presentarse una confrontación directa con los rusos, todos sus buques y todas las fuerzas armadas estadounidenses y aliadas desplegadas en la región se verían seriamente comprometidas, siendo eliminadas con toda probabilidad por el poder de fuego ruso.

¿Y por que advertían esto los jefes militares al presidente Trump? Pues simplemente porque los bombarderos estratégicos rusos ya estaban desplegados en bases aéreas iraníes y sirias listos para entrar en combate; pero además porque portaban los nuevos misiles rusos de los que hablara recientemente el presidente ruso, es decir, contaban con los misiles hipersónicos anti-buque Tzricon, Kinzhal, Triump y Granit.

Ellos, los generales, le decían a Trump que no dudara de las palabras de Putin y que le creyera de que disponía de esas nuevas armas, pues ellos saben perfectamente que sí existen y que están plenamente operativas. También saben que no hay defensa posible contra ellas, teniendo por resultado el hundimiento de toda la flota de guerra estadounidense, así como de todos los portadores de los misiles agresores, es decir, de todos los aeropuertos desde donde despegasen los aviones, así como de los mismos aviones y, por supuesto, de los portaviones estadounidenses.

Esta es la verdadera razón de por qué Trump desistió de continuar con el bombardeo sobre siria.

Y aún así, hay todavía gente que cree que en un hipotético conflicto armado entre Rusia y EEUU los norteamericanos saldrían vencedores. Ya los generales norteamericanos han advertido quien sería el claro vencedor, y no es precisamente EEUU, eso pese les hiera profundamente el orgullo a los estadounidenses.

No por nada el secretario de defensa estadounidense trató de evitar el bombardeo pues sabía perfectamente de la inminente derrota de que serían objeto por parte de Rusia; derrota que finalmente sí se dio si consideramos el alto grado de eficacia demostrado por las armas rusas en posesión del gobierno sirio en contraparte con las norteamericanas.

El secretario de defensa estadounidense, James Mattis, trató de evitar el bombardeo y de persuadir al presidente norteamericano de que no lo efectuara, declarando que ellos no tenían prueba alguna del supuesto ataque químico, ataque que finalmente utilizó Trump como pretexto para ordenar el bombardeo.

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