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lunes, 21 de agosto de 2017

Paranoia esquizofrenoide: la OTAN busca con desesperación los S-400 rusos



Los vuelos de aviones espía extranjeros cerca de las fronteras de Rusia se han hecho más frecuentes a lo largo de los últimos años. El columnista de Svobodnaya Pressa, Antón Mardásov, reflexiona sobre las ventajas de la aviación de reconocimiento ante los medios de vigilancia espacial.



En su nuevo artículo el autor apuntaque a mediados de agosto los pilotos rusos interceptaron ocho aviones espía cerca de las fronteras de Rusia, según el Ministerio de Defensa de Rusia.

De acuerdo con los datos proporcionados por los militares rusos, 16 naves aéreas extranjeras llevaron a cabo misiones de reconocimiento cerca de Rusia. Además, desde principios de agosto, se han registrado 47 vuelos realizados por la aviación de otros países a lo largo de las fronteras rusas. Los cazas de las fuerzas de defensa aérea del país eslavo, por su parte, ya han realizado 15 vuelos de intercepción.

Los vuelos de reconocimiento se consideran rutinarios. Así, durante la Guerra Fría, el peligroso acercamiento entre los aviones soviéticos y los de la OTAN no se consideraron como incidentes y frecuentemente se silenciaron.



No obstante, tras estallar la crisis en Ucrania, las acusaciones mutuas entre Rusia y la Alianza Atlántica han adquirido un carácter constante e irritante, sostiene el autor. Al mismo tiempo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que los aviones de combate de ambas partes en la abrumadora mayoría de los casos operan profesionalmente a la hora de realizar operaciones sobre el mar Báltico.

Además, Stoltenberg apuntó que en la zona del Báltico "hay una mayor actividad militar en el mar y en el aire".

"De aquí surge la pregunta: ¿cuán relevante es el reconocimiento aéreo en medio del pleno desarrollo de los medios de seguimiento espaciales?", profundiza Mardásov.

Ventajas de la aviación

El general retirado ruso, Pável Zolotariov, también exjefe del Centro de Información y Análisis del Ministerio de Defensa de Rusia, comentó a Svobodnaya Pressa que el reconocimiento espacial es capaz de cubrir solo unas zonas determinadas y no todo el territorio de nuestro planeta. De esta manera, con el fin de recolectar datos de reconocimiento de una región específica, es necesario realizar maniobras satelitales, lo cual reduce la vida de la nave espacial en órbita.

"Por lo tanto, si hay que reforzar la vigilancia, se envían aviones de reconocimiento", explicó.

Con la ayuda de los satélites de reconocimiento radiotécnico, se lleva a cabo la detección del despliegue, del funcionamiento y las características de los sistemas de defensa antimisiles. Sin embargo, los equipos y sistemas de estos satélites son de funcionamiento limitado, mientras es posible colocar en algunos tipos de aviones una amplia gama de sistemas para realizar las misiones de reconocimiento, de interceptación por radio y el seguimiento de las actividades de las fuerzas terrestres, marítimas y aéreas del enemigo.

"Tinte político"

Al mismo tiempo, detalló, la cobertura mediática de los vuelos de reconocimiento y las intercepciones son una "demostración de la OTAN". La Alianza así refuerza su supuesta necesidad de "contener la agresión" de Rusia que presuntamente "se comporta mal", aumentando el número de tropas en las fronteras y trasladando fuerzas para realizar ejercicios.

"Pero incluso si tuviéramos relaciones normales (…), en el caso de acercamiento de un avión espía al territorio ruso, los pilotos realizarían la intercepción y la escolta de la nave extranjera", sostuvo Zolotariov.

De esta manera, profundizó el experto, "cualquier motivo se utiliza para practicar alguna técnica durante los ejercicios militares rutinarios". Sin embargo, en tal ambiente, este tipo de vuelos adquiere un "tinte político".

En la actualidad, igual que durante la Guerra Fría, el objetivo de las misiones de un avión espía consiste en provocar la actividad de los radares de los sistemas rusos de defensa aérea —el S-300 y el S-400—, con el fin de obtener datos adicionales sobre las frecuencias en las que funciona, entre otras cosas.

Trabajo en equipo

Andréi Frolov, investigador del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, también señaló a Svobodnaya Pressa que el reconocimiento espacial tiene sus limitaciones.

"En particular, el satélite no puede controlar en modo en línea el territorio que le interesa al operador: sobrevuela el punto determinado solo dos veces al día", indicó.

De esta manera, los "aviones espía complementan de alguna manera el trabajo de la agrupación satelital". Asimismo, ningún aparato espacial es capaz de examinar el funcionamiento de las estaciones de radar en tiempo real, apuntó Frolov.


Bien enmascarados

No obstante, a juicio del profesor de la Universidad Militar del Ministerio de Defensa de Rusia y coronel retirado, Vladímir Kariakin, opinó que en la actualidad los vuelos de reconocimiento tienen un carácter demostrativo y no representan ninguna necesidad militar.

Explicó que los sistemas de un avión de reconocimiento determinan las frecuencias y las posiciones de los medios de defensa aérea. Sin embargo, cuando este tipo de aviones emprende el vuelo, se introducen varios modos de enmascaramiento de radio.

"En tiempos de guerra, hay que cambiar las coordenadas rápidamente después del despegue de estos aviones", enfatizó Kariakin.


Agregó que, aunque en tiempo de paz, no existe esta necesidad, las capacidades de reconocimiento de la aviación moderna siguen siendo muy altas.

Contestando a la pregunta sobre la presencia de los medios de reconocimiento extranjeros en el mar Negro, el experto detalló que el conjunto de las contramedidas fue elaborado durante la Guerra Fría, cuando los servicios especiales soviéticos "se encargaron de las cuestiones de enmascaramiento operativo y de la resistencia a los activos de reconocimiento técnico extranjero".

"Por ejemplo, en la época soviética se introdujeron varias limitaciones al trabajo de los medios radioelectrónicos incluso cuando los buques mercantes estaban en el puerto, ya que es posible instalar dichos equipos en este tipo de buques también", profundizó el experto.

Además, explicó que, en un caso extremo y con el fin de evitar las provocaciones de un avión espía, el caza puede hacer un giro para que este se meta en el torbellino del extremo del ala del interceptor y acabe lanzado por el flujo de aire.

"De esta manera, los vuelos de reconocimiento son una práctica normal y corriente, que contribuye a mantener la formación de combate del personal de vuelo", concluye el autor.

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